La Trochita los espera
En su origen, la localidad se llamaba Nahuel Niyeo que significa en voz arauna “donde hubo una garganta”. Con la llegada de las líneas férreas, en 1916, la localidad se convirtió en asentamiento de trabajadores, comerciantes y familias. Ya en 1926 se comenzó a denominar o como Ingeniero Jacobacci en memoria de quien dirigió las obras de Ferrocarril. Recién en 1944 se le asignó el nombre de manera oficial.
A la espera de los competidores, La Trochita del Viejo Expreso Patagónico fue el centro de atracción. Todo el mundo se sacó fotos, la miró con detalle y se asombró de que aún siga en funcionamiento (recorre los 402 kilómetros que hay entre Jacobacci y Esquel).
Para muchos de ellos fue la oportunidad de ver bien de cerca, al protagonista del libro de Paul Theroux “El Viejo Expreso Patagónico” editado en 1978, veinte años antes de que se lo declare Monumento Histórico Nacional.
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