El Dakar se tomó un día de descanso en la ciudad chilena de Valparaíso. Qué mejor momento para hablar con Orly Terranova, uno de los protagonistas que tiene esta extenuante carrera. El mendocino, que corre para el Personal X-Raid Team, marcha 8° en la general y tiene como meta llegar al Obelisco entre los cinco primeros.

Luego de un buen inicio, que le permitió llegar a ocupar la séptima posición, tuvo dos etapas complicadas al llegar a su provincia. Pero como el Dakar es el Dakar, sigue en carrera y está entre los “top ten” sin perder las esperanzas de cerrar su tercera participación en esta carrera (la primera en autos) con un buen resultado.

“En el día de descanso en África había muy pocas que hacer. Pero acá estamos cerca de Reñaca, que casi es una ciudad mendocina, así que fui darme una vuelta para relajarme un poco”, afirma Terranova. “En realidad cuesta desenchufarse del todo. Más porque a la tarde nos dan el road book de la etapa de mañana y ya tenemos que trabajar sobre esas notas”, aclara.

Sin embargo, destaca que “el día de descanso viene bien. Ayer estuvimos 12 horas arriba del auto y comenzó a dolerme la espalda, los brazos y el cuello. Después de tanto esfuerzo es bueno tener la posibilidad de recuperar un poco el físico. También viene bien para que los mecánicos trabajen tranquilos en el auto. Porque la segunda parte de la carrera será más dura que la primera”.

- ¿Qué se dice en el bivouac de esta edición del Dakar en Sudamérica?
- Todos están muy encantados con los paisajes. Quedó claro que el Dakar fuera de África sigue estando vivo. Es una carrera distinta porque no hay tanta arena y porque hay otro tipo de caminos, pero tiene algunas cosas que son especiales. Como las dunas del Nihuil que quedarán como un símbolo porque allí se produjeron varios abandonos y hasta se perdieron algunos pilotos que tuvieron que pasar la noche. Creo que la fama de Mauritania con su arena se trasladó a Mendoza.

-¿Cómo son las próximas etapas de la carrera?
-Valparaíso-La Serena, la de mañana, es muy técnica. El libro de la carrera dice que allí hay muy poco para ganar y mucho para perder. Son 250 km muy técnicos. Después viene La Serena-Copiapó, que es muy larga con mucho de navegación. Luego llega el gran filtro a través de las dos etapas que siguen: Copiapó-Copiapó y Copiapó-Fiambalá, en la que no podés tener asistencia.

- ¿Fue una decepción no haber andado bien en Mendoza?
- Siempre dije que una de mis metas era llegar al día de descanso entre los diez primeros. Y estoy octavo. No me puedo quejar. Obviamente podría haber andado mejor, pero no se dio. Pero el Dakar es así.

- Igual dicen que el Dakar cada día da revancha…
- Es que es una carrera especial. Aún si te va mal, podés tener días buenos y recuperarte. Aparte hay que tener en cuenta que la dureza de la carrera va dejando a pilotos afuera. Por eso hay que llegar en cada etapa. Mi objetivo ahora es alcanzar a Robby Gordon y a Krzysztof Holowzyc y esperar que alguna Touareg tenga problemas.

- En una entrevista Nasser Al-Attiyah dijo que si vos estás tranquilo podés conseguir un buen resultado, ¿te sentís tranquilo?
- Bien… Hasta ahora las etapas más difíciles las viví en Mendoza. Además, de correr tuve que hacer de anfitrión y tuve que atender a mucha gente. Por eso creo que ahora que estoy en Chile voy a estar más tranquilo.