Sudakar
Después de vivir una decena de días en el campamento del Dakar, uno se da cuenta que la organización de la ASO pasó por alto algunos puntos de logística. Están los que arman y desarman las carpas de prensa, otras que llevan los equipajes de un bivouac a otro, otras que se encargan de la comunicación. Y la lista sigue... Desde este humilde lugar propongo algunos oficios para la próxima edición, que seguramente les hará la vida más fácil a aquellos que estén dentro de la caravana.
El limpia notebooks: Provisto de una franela, ofrece su servicio a los periodistas. En menos de 10 segundos, te deja la computadora flamante y lista par que se vuelva a llenar de tierra.
Los arma carpas: Es un pequeño escuadrón de niños exploradores que hacen lo que más le gusta: armar y desamar capas. Ideal para aquellos que vieron por primera vez una cuando la fueron a comprar dos días antes de salir al primer campamento del Dakar.
El duchador: Para qué esperar en la puerta de las duchas químicas. Un hombre provisto con una manguera te soluciona el inconveniente en menos de cinco minutos.
El turnero: Los mejores momentos del día en un bivouac son durante el almuerzo y la cena. Pero después de un día agotador no querés saber nada con ponerte en esa fila interminable. Ahí entra en acción el “turnero” que espera el turno por vos.
El luciérnaga: Cuando armaste el bolso te olvidaste la linterna en la mesa del comedor y no querés pagar 10 euros por esa tipo minero que usan todos. Es de noche y querés ponerte el único calzoncillo limpio que te queda, pero no lo encontrás. Llamá al “Luciérnaga”, que te ayuda con su sol de noche.
Queda claro que el pago de estos servicios será “a voluntad”.
El limpia notebooks: Provisto de una franela, ofrece su servicio a los periodistas. En menos de 10 segundos, te deja la computadora flamante y lista par que se vuelva a llenar de tierra.
Los arma carpas: Es un pequeño escuadrón de niños exploradores que hacen lo que más le gusta: armar y desamar capas. Ideal para aquellos que vieron por primera vez una cuando la fueron a comprar dos días antes de salir al primer campamento del Dakar.
El duchador: Para qué esperar en la puerta de las duchas químicas. Un hombre provisto con una manguera te soluciona el inconveniente en menos de cinco minutos.
El turnero: Los mejores momentos del día en un bivouac son durante el almuerzo y la cena. Pero después de un día agotador no querés saber nada con ponerte en esa fila interminable. Ahí entra en acción el “turnero” que espera el turno por vos.
El luciérnaga: Cuando armaste el bolso te olvidaste la linterna en la mesa del comedor y no querés pagar 10 euros por esa tipo minero que usan todos. Es de noche y querés ponerte el único calzoncillo limpio que te queda, pero no lo encontrás. Llamá al “Luciérnaga”, que te ayuda con su sol de noche.
Queda claro que el pago de estos servicios será “a voluntad”.
1 comentarios:
Jajaja Me ofrezco! son infinitas las actividades que se hacen acompañando un rally, me consta en carne propia. Lo peor es cuando llegás tarde con la barredora, ya no queda ni comida, no sabés dónde poner tu carpa y te da pena hacer ruido para ir al baño (si lo encontrás)
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