El Dakar desde el aire
La acción del Dakar no sólo transcurre en la tierra. También hay mucho movimiento en el cielo, donde una flota de helicópteros siguen permanentemente la carrera cumpliendo diferentes funciones.
Se están usando 23 (11 en territorio Argentino y el resto en Chile). El francés Etienne Lavigne, el director de la carrera, viaja en uno denominado Delta que va y viene por la etapa. Luego hay otro llamado Oscar, que sirve de refuerzo para el control de la prueba. También hay uno de seguridad (en Chile son dos) provisto por la Fuerza Aérea de cada país.
Hay otros tres afectados al operativo de sanidad que están equipados con todo lo necesario para dar primeros auxilios. Siempre transportan a dos médicos. Se los reconoce como Mike 1, Mike 2 y Mike 3.
Además, están los cuatro que se usan para la televisión conocidos como Hotel Victor 1, 2, 3 y 4. Desde allí se realizan las tomas aéreas que luego forman parte del compacto de 26 minutos que ASO produce diariamente con la síntesis de cada jornada. Por último, están los destinados a la prensa. El que lleva a los fotógrafos se lo conoce con el nombre de Hotel Papa.
Ver la competencia desde el aire sirve para comprobar la pericia de los pilotos en un marco imponente. Porque es desde el cielo donde se toma una real dimensión de la dureza del recorrido de esta versión Sudamericana del Dakar.
De los más de 180 periodistas que vienen siguiendo la carrera, unos pocos tuvieron hasta ahora la oportunidad de estar arriba de uno helicóptero. Obviamente, que los más privilegiados son los fotógrafos, que usan su talento para resumir en una foto el espíritu aventurero de esta carrera.
Mi vuelo comenzó en hoy temprano Valparaíso sobre un Bell 407 alquilado a la empresa Inaer (la más importante de Europa con una flota de 250 naves) manejado por Eric Weisser, un chileno de 41 años que comenzó a pilotear helicópteros a los 16 años.
Luego de hacer un reaprovisionamiento de combustible en el aeródromo de Iapel, partimos en busca de los competidores. Hicimos una breve escala en Conela Alto, donde estaba ubicada una de las zonas de espectadores de la etapa Valparaíso-La Serena.
El primer objetivo fue alcanzar a los motociclistas para poder tomar alguna foto de los líderes. Eso nos llevó a Altos del Pellén, donde había una familia esperando el paso de los participantes. Esta visión preferencial permitió ver desde otra lugar la intensa lucha que había por la punta entre el chileno Francisco “Chaleco” López y el español Marc Coma.
Luego de ver pasar a los líderes nos fuimos al control de paso 1, donde aprovechamos a hacer un nuevo reaprovisionamiento (a lo largo de recorrido hay una gran cantidad de puntos para que los helicópteros carguen combustible). En ese lugar había más de mil personas ubicadas en las diferentes curvas del intricado camino. Saludaron a todos, pero sólo agitaron sus banderas de Chile cuando pasó López.
Otra vez nos fuimos al cielo. Ahora la meta era ver la lucha entre Carlos Sainz y su compañero Giniel De Villiers. Lo del español fue puro show. Aplastó al sudafricano aprovechando que gran parte del recorrido se realizó sobre caminos, algo que le permitió demostrar sus dotes de ex piloto de rally.
Después de ver pasar a los primeros, partimos para La Serena. Después de siete horas en el aire, era el momento de volver a la tierra. Lástima.
Se están usando 23 (11 en territorio Argentino y el resto en Chile). El francés Etienne Lavigne, el director de la carrera, viaja en uno denominado Delta que va y viene por la etapa. Luego hay otro llamado Oscar, que sirve de refuerzo para el control de la prueba. También hay uno de seguridad (en Chile son dos) provisto por la Fuerza Aérea de cada país.
Hay otros tres afectados al operativo de sanidad que están equipados con todo lo necesario para dar primeros auxilios. Siempre transportan a dos médicos. Se los reconoce como Mike 1, Mike 2 y Mike 3.
Además, están los cuatro que se usan para la televisión conocidos como Hotel Victor 1, 2, 3 y 4. Desde allí se realizan las tomas aéreas que luego forman parte del compacto de 26 minutos que ASO produce diariamente con la síntesis de cada jornada. Por último, están los destinados a la prensa. El que lleva a los fotógrafos se lo conoce con el nombre de Hotel Papa.
Ver la competencia desde el aire sirve para comprobar la pericia de los pilotos en un marco imponente. Porque es desde el cielo donde se toma una real dimensión de la dureza del recorrido de esta versión Sudamericana del Dakar.
De los más de 180 periodistas que vienen siguiendo la carrera, unos pocos tuvieron hasta ahora la oportunidad de estar arriba de uno helicóptero. Obviamente, que los más privilegiados son los fotógrafos, que usan su talento para resumir en una foto el espíritu aventurero de esta carrera.
Mi vuelo comenzó en hoy temprano Valparaíso sobre un Bell 407 alquilado a la empresa Inaer (la más importante de Europa con una flota de 250 naves) manejado por Eric Weisser, un chileno de 41 años que comenzó a pilotear helicópteros a los 16 años.
Luego de hacer un reaprovisionamiento de combustible en el aeródromo de Iapel, partimos en busca de los competidores. Hicimos una breve escala en Conela Alto, donde estaba ubicada una de las zonas de espectadores de la etapa Valparaíso-La Serena.
El primer objetivo fue alcanzar a los motociclistas para poder tomar alguna foto de los líderes. Eso nos llevó a Altos del Pellén, donde había una familia esperando el paso de los participantes. Esta visión preferencial permitió ver desde otra lugar la intensa lucha que había por la punta entre el chileno Francisco “Chaleco” López y el español Marc Coma.
Luego de ver pasar a los líderes nos fuimos al control de paso 1, donde aprovechamos a hacer un nuevo reaprovisionamiento (a lo largo de recorrido hay una gran cantidad de puntos para que los helicópteros carguen combustible). En ese lugar había más de mil personas ubicadas en las diferentes curvas del intricado camino. Saludaron a todos, pero sólo agitaron sus banderas de Chile cuando pasó López.
Otra vez nos fuimos al cielo. Ahora la meta era ver la lucha entre Carlos Sainz y su compañero Giniel De Villiers. Lo del español fue puro show. Aplastó al sudafricano aprovechando que gran parte del recorrido se realizó sobre caminos, algo que le permitió demostrar sus dotes de ex piloto de rally.
Después de ver pasar a los primeros, partimos para La Serena. Después de siete horas en el aire, era el momento de volver a la tierra. Lástima.
1 comentarios:
Naaaaaaaaaaa, encima paseo en helicopterooooooooooooooo. Otra que gordo de navidad. Vos te ganaste el gordo de navidad, año nuevo, la de reyes, o sino compraste todos los numeros
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