Así trabajamos en el bivouac
Levantarse, desarmar la carpa, desayunar, viajar en el micro, llegar a destino, buscar un lugar para la carpa, acomodarse en la sala de prensa, informarse de cómo va la carrera, hacer entrevistas, escribir las notas y mandar por mail el material. Esa es la rutina de los periodistas que están haciendo la cobertura del Dakar. Por suerte, de tanto en tanto, aparece algo distinto como seguir la carrera desde un helicóptero o hacer el recorrido con un auto.
Un total de 220 periodistas de países como Francia, España, Italia, Portugal, Rusia, Brasil, Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Alemania, Japón y hasta Senegal, forman parte de esta caravana que ya lleva recorridos más de 7.000 kilómetros.
El lugar de trabajo es una carpa de 14 x 14 metros. Salvo en San Rafael, cuando se montó sobre la calle de boxes o en la escuela naval de Valparaíso donde se usó un gimnasio, siempre está sobre tierra o arena. Esto provoca que ante el más mínimo viento todo su interior sea invadido por una molesta nube de polvo que hace estragos en las notebooks (unos pocos fuimos previsores y envolvimos las nuestras con papel film).
Como la carpa tiene que ser trasladada de un lado a otro se suele cerrar a las 21 (siempre y cuando no pase nada raro) para desarmarla y enviarla al siguiente punto. Cuando sucede eso, los periodistas que aún deben seguir trabajando -principalmente cuando se necesita algún testimonio de un protagonista que llega a altas horas de la noche- pueden trasladarse a una de menores dimensiones que está destinada a los medios locales. Eventualmente, también se puede usar el restaurante. En cualquier caso, lo más importante es tener cerca una fuente de energía.
La transmisión de datos se hace a través de Internet. La organización tiene un servicio muy caro para los que estamos en esta parte del mundo: 10 euros los 20 minutos o 5 euros los 100 kb de transmisión. Por fortuna, la tecnología 3G viene funcionando bien y los medios argentinos la usamos para enviar nuestro material.
La sala de prensa funciona bajo las órdenes de la francesa Emilie Poucan y la española Blanca de Foronda, quienes tienen la asistencia del argentino Nicolás Vega y del chileno Juan Esteban Lastra. Las últimas novedades de cada etapa las van relatando Louis Doucet (en francés e inglés) y Jacques Cortie (en castellano).
Sobre el final de la tarde se van repartiendo las planillas con los resultados, que se van actualizando durante un determinado lapso de tiempo.
Los que tienen acceso a Internet están continuamente conectados a www.dakar.com, la página oficial de la carrera, donde se pueden ver los tiempos on line y las últimas novedades de la carrera. También se puede usar un servicio de Intranet que ofrece la misma información.
Bueno, esto es todo… Están levantando la carpa para llevarla a Fiambalá.
Un total de 220 periodistas de países como Francia, España, Italia, Portugal, Rusia, Brasil, Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Alemania, Japón y hasta Senegal, forman parte de esta caravana que ya lleva recorridos más de 7.000 kilómetros.
El lugar de trabajo es una carpa de 14 x 14 metros. Salvo en San Rafael, cuando se montó sobre la calle de boxes o en la escuela naval de Valparaíso donde se usó un gimnasio, siempre está sobre tierra o arena. Esto provoca que ante el más mínimo viento todo su interior sea invadido por una molesta nube de polvo que hace estragos en las notebooks (unos pocos fuimos previsores y envolvimos las nuestras con papel film).
Como la carpa tiene que ser trasladada de un lado a otro se suele cerrar a las 21 (siempre y cuando no pase nada raro) para desarmarla y enviarla al siguiente punto. Cuando sucede eso, los periodistas que aún deben seguir trabajando -principalmente cuando se necesita algún testimonio de un protagonista que llega a altas horas de la noche- pueden trasladarse a una de menores dimensiones que está destinada a los medios locales. Eventualmente, también se puede usar el restaurante. En cualquier caso, lo más importante es tener cerca una fuente de energía.
La transmisión de datos se hace a través de Internet. La organización tiene un servicio muy caro para los que estamos en esta parte del mundo: 10 euros los 20 minutos o 5 euros los 100 kb de transmisión. Por fortuna, la tecnología 3G viene funcionando bien y los medios argentinos la usamos para enviar nuestro material.
La sala de prensa funciona bajo las órdenes de la francesa Emilie Poucan y la española Blanca de Foronda, quienes tienen la asistencia del argentino Nicolás Vega y del chileno Juan Esteban Lastra. Las últimas novedades de cada etapa las van relatando Louis Doucet (en francés e inglés) y Jacques Cortie (en castellano).
Sobre el final de la tarde se van repartiendo las planillas con los resultados, que se van actualizando durante un determinado lapso de tiempo.
Los que tienen acceso a Internet están continuamente conectados a www.dakar.com, la página oficial de la carrera, donde se pueden ver los tiempos on line y las últimas novedades de la carrera. También se puede usar un servicio de Intranet que ofrece la misma información.
Bueno, esto es todo… Están levantando la carpa para llevarla a Fiambalá.
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