Una ciudad itinerante
Tiene todo lo que tiene que tener. Un lugar para dormir, para comer, para asearse, para informarse y hasta para salir del paso ante cualquier problema de salud. Es el bivouac del Dakar, una verdadera ciudad itinerante que se adelante al ritmo de la caravana.
El primer campamento de esta edición 2009 está emplazado en el Parque Don Tomás a las afueras de Santa Rosa, la capital de La Pampa y punto culminante de la primera etapa de la competencia.
Allí, equipos, pilotos, miembros de la organización y periodistas se instalaron a la espera de los competidores, que en este caso comenzaron a llegar pasado el mediodía luego de largar bien temprano desde Buenos Aires.
El predio es de generosas dimensiones y está dividido por una calle de acceso. Hacia un lado, se ubican los equipos para reparar y realizar las tareas de mantenimiento de sus vehículos y del otro, las demás personas vinculadas a la competencia.
Las autoridades de la carrera tienen una enorme oficina rodante que es llevada a cada campamento por un camión DAF. Muy cerca, está estacionado otro camión de cómputos y las carpas de prensa (una “web center”, otro para los medios que cubrirán todo el recorrido y una de menores dimensiones para los medios locales). También hay una donde los competidores pueden solicitar información.
A unos metros se encuentra un centro médico con todo lo necesario para hacer cirugías preventivas (las operaciones más delicadas se realizan en los hospitales locales).
La carpa más grande es, sin dudas, la que oficia de restaurante que tiene que darle de comer al contingente compuesto por más de 2.200 personas. Al lado, hay una veintena de baños químicos y hasta un lugar especialmente instalado para poder ducharse.
El colorido lo dan centenares de carpas que rodean las estructuras más importantes y donde se puede descansar unas horas a la espera de emprender el viaje al próximo campamento.
El primer campamento de esta edición 2009 está emplazado en el Parque Don Tomás a las afueras de Santa Rosa, la capital de La Pampa y punto culminante de la primera etapa de la competencia.
Allí, equipos, pilotos, miembros de la organización y periodistas se instalaron a la espera de los competidores, que en este caso comenzaron a llegar pasado el mediodía luego de largar bien temprano desde Buenos Aires.
El predio es de generosas dimensiones y está dividido por una calle de acceso. Hacia un lado, se ubican los equipos para reparar y realizar las tareas de mantenimiento de sus vehículos y del otro, las demás personas vinculadas a la competencia.
Las autoridades de la carrera tienen una enorme oficina rodante que es llevada a cada campamento por un camión DAF. Muy cerca, está estacionado otro camión de cómputos y las carpas de prensa (una “web center”, otro para los medios que cubrirán todo el recorrido y una de menores dimensiones para los medios locales). También hay una donde los competidores pueden solicitar información.
A unos metros se encuentra un centro médico con todo lo necesario para hacer cirugías preventivas (las operaciones más delicadas se realizan en los hospitales locales).
La carpa más grande es, sin dudas, la que oficia de restaurante que tiene que darle de comer al contingente compuesto por más de 2.200 personas. Al lado, hay una veintena de baños químicos y hasta un lugar especialmente instalado para poder ducharse.
El colorido lo dan centenares de carpas que rodean las estructuras más importantes y donde se puede descansar unas horas a la espera de emprender el viaje al próximo campamento.
1 comentarios:
Diego, gran abrazo y muchos éxitos.
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